Webinar Frontal Trust: “Inteligencia Artificial y su promesa de cambio: ¿Estamos preparados para lo que viene?”
El encuentro contó con la participación de Paolo Colonnello, empresario e inversionista ligado al ecosistema del emprendimiento tecnológico, director de compañías y co-fundador de Capitalizarme.com, quien abordó el fenómeno de la inteligencia artificial desde diferentes ángulos y compartió su visión sobre las enormes oportunidades y también los riesgos de esta nueva tecnología. El webinar fue moderado por José Tomás Santa María, director de Diario Financiero, y contó con Andrés Echeverría, presidente y portfolio manager de Frontal Trust, como anfitrión.
Con un récord de inscritos y un gran interés de parte de la audiencia se desarrolló el webinar “Inteligencia Artificial y su promesa de cambio: ¿Estamos preparados para lo que viene?”, realizado por Frontal Trust junto a Diario Financiero, y que sirvió para explorar y analizar cómo la tecnología está impactando nuestras vidas, a las empresas y el trabajo.
Paolo Colonnello inició el diálogo explicando que la inteligencia artificial (IA) tiene 60 años, pero que en la actualidad avanza a pasos agigantados producto del enorme progreso que ha habido en los últimos años en la capacidad de procesamiento, los algoritmos y la gran cantidad de información disponible en Internet, lo que le permite hoy dar respuestas a las más diversas preguntas. Aclaró que “estas respuestas que nos da la inteligencia artificial parecen humanas, pero no lo son… No creo que la inteligencia artificial vaya a reemplazar en el corto plazo a la mente humana”.
Para el experto, lo que diferencia a la IA del ser humano es que la primera no es capaz de crear, de construir nuevos mundos, ya que carece de elementos que son intrínsecamente de las personas, como los estados de ánimo, la ambición, la capacidad de asumir riesgos, el contexto cultural y la reflexión, entre otros.
Sostuvo que la gran amenaza tiene que ver con cómo esta tecnología nos afectará culturalmente: “La inteligencia artificial genera espacios culturales y contenidos a medida… Que me pueden hacer mucho sentido a mí, pero a ti no. Entonces ya no hay un enganche entre nosotros, y eso va a construir una fragmentación cultural que nos va a ir distanciando”.
También advirtió que la IA está en condiciones de reemplazar el trabajo mecanizado, “que será absorbido por máquinas”. Sin embargo, dijo que esta nueva tecnología, si bien es capaz de dar respuestas, hoy no tiene la capacidad de hacer preguntas y en base a ello generar un contexto: “Un buen doctor es el que me hace las preguntas correctas…en el periodismo la gracia está en las preguntas; en el mundo de las inversiones en cuáles son la relaciones que vemos… Entonces esa capacidad de preguntarse (reflexionar y generar contexto) es lo que hace la diferencia”.
Sobre las oportunidades manifestó que la IA nos entrega la capacidad para incrementar exponencialmente la productividad y alertó que los países (industrias y empresas) que no asuman con prontitud y profundidad esta nueva tecnología “se van a ver perjudicados desde su matriz productiva”.
Y aseguró: “Hay costos que bajan rápidamente; hoy es -quizás- el mejor momento en la historia de la humanidad para emprender. Una start-up, que parte hoy con tres personas puede producir diez veces más de lo que producía hace diez años atrás”.
Dijo que las empresas abiertas al cambio y que sean capaces de salir de la zona de confort, y con capacidad para reinventarse de forma continúa y adoptar nuevas tecnologías serán las ganadoras en sus sectores.
Destacó también las oportunidades que ofrece la IA en términos de educación y aprendizaje.
Respecto a las regulaciones, enfatizó que “lo primero es entender bien las amenazas y las oportunidades. y a partir de ahí regular… Lo que no hay que hacer es decir: vamos a bloquear la inteligencia artificial, como sucedió (en algún momento) con Internet”.
Sobre Chile y cuál es la posición del país en la adopción de la IA, sostuvo que “está en el promedio, y el promedio es malo”, y señaló que espera que se generen políticas públicas que permitan un mayor desarrollo, de tal forma que las start-up que están en el ecosistema no piensen partir al exterior.